"Planta un árbol y cuida de él mientras crece"


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12 de noviembre de 2007

De Colombia a Panama



El capitán ya tiene el permiso de zarpe. Nos ponen el sello en migraciones y ya tenemos todo listo para salir. El velero tiene 30 pies (10 metros) de largo. Una cocinita, una cama al costado y un pequeño baño. El capitán se llama Adrián y viaja por el mundo con su novia Andrea. Ambos son Húngaros. Los conocí a la salida del Club Náutico de Cartagena.

Elevamos anclas y navegamos lentamente. Pasamos la entrada a la bahía donde hay una “puerta” marcada con dos boyas. A su costado están hundidos antiguos galeones piratas. El movimiento es grande. Me mareo mucho. Voy mirando los grandes edificios de la ciudad en que pasé tres meses de mi vida. Al oscurecer esos edificios me dejan ver las luces que se van transformando en resplandor al alejarnos del continente.

Navegamos a mar abierto. Solo podemos ver el horizonte a la lejanía. Todo es mar y cielo. El paisaje se interrumpe con el paso de un tronco o de un gran buque naviero que transporta contenedores. Nos triplica en velocidad. En pocas horas dejamos de verlo. El mar cambia de forma continuamente con la velocidad del viento o las lluvias.

Luego de tres días vuelvo a ver la costa. Divisamos un lugar paradisíaco lleno de pequeñas islas con palmeras y casas de indios “Kunas” que viven en ellas. Ya recorrimos unos 400 kilómetros por el Mar Caribe.

Tiramos ancla en un grupito de islas donde hay varios veleros y luego de un desayuno en base a huevos revueltos con cebolla y tomate nos vamos a bucear. Con la mascara, el esnorquel y las patas de rana recorro todos los arrecifes donde, gracias al agua cristalina, puedo ver peces nadando junto a mi de todos los tamaños y colores que puedan existir.

Cuando mis dedos están como pasas de uva de tanto nadar elevamos ancla nuevamente y continuamos el viaje. La antigua Bahía de San Blas (ahora se llama Kuna Yala en honor a los indígenas que la habitan desde hace siglos) tiene una extensión de 300 km y en ella se pueden encontrar islas de todos los tamaños. En total son 359. Las mas pequeñas son como un departamento de dos ambientes y las mas grandes como 4 o 5 canchas de fútbol juntas.

Llegamos al porvenir, una isla de las grandes que para mi asombro tiene pista de aviones. La misma se extiende de punta a punta. Como el acceso a esta áreas es muy restringido los norteamericanos en los años treinta construían las mismas para poder llegar rápidamente.

Entramos a la isla dejando el gomon en el muelle de San Blas. Yo pregunto por ahí cual es el que menciona Maná en su canción pero nadie lo sabe. La Bahía es muy grande y tiene cientos de muelles.

Entro a la oficina de migraciones y me sellan el pasaporte. Ya estoy en Centroamérica. Ya estoy mucho mas cerca de mi objetivo.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente Ezequiel.... Me alegra que ya estes en tierras centroamericanas... disfruta mucho lo que viene, son paises muy lindos tambien, yo ya hice hasta Panama por carretera, es un paseo increible.

Raquel dijo...

Que lástima que no hayas subido ninguna foto, porque me lo estaba imaginando y tiene que ser un paisaje inolvidable.

Anónimo dijo...

yei viejo hace rato q no te escribo
que buena onda panama fijate donde estas que lo pario...
subi mas fotos de esas islas q deben ser muy buenas...
yo estoy en bsas por irme a suarez al seven del club..
te mando un abrazo grande
benja