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Llego a la puerta principal y pregunto si puedo pasar. No hay problema. Voy en traje de baño, hojotas y remera. Me acerco al muelle y unos pescadores están por salir al mar. Se embarcan a las 17 hs. Se quedan toda la noche pescando y regresan al día siguiente. Me ven cara de extranjero curioso. Un petizo morocho se acerca y me dice:
–¿Quiere venir a dar una vuelta por el mar?
–¿Puedo? –le respondo con mi pregunta– no traje nada.
Esta persona se va y habla con el capitán que me ahora me mira:
–¿Quiere venir?
–¿Ya se van? No traje nada. ¿Puedo volver en 10 minutos?
–Ya nos vamos
Me quedo en el muelle mirando como los pescadores se suben a sus barcos. Me tendría que haber subido. Me perdí de vivir una gran experiencia.
1 comentario:
Ezequiel, hoy llovió todo el día en Buenos Aires, y hace unas horas que estoy leyendo tu blog. Espero ansioso el libro, poder comprarlo será sin duda un granito de arena para tus futuros viajes. Dicen los que encaran el camino, que ya no hay vuelta atrás, que es imposible quedarse quieto por mucho tiempo... será así para vos? Te mando un abrazo y espero algún día, como vos, poder tomar la decisión de emprender el viaje. Ya me compré la Kombi VW.....
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