Milanesa napolitana

Llego a la casa de Ricardo de la Fuente. Nos sentamos en el balcón a tomar unos mates como buenos argentinos y le empiezo a contar de mi viaje:

–Primero recorrí el sur de Chile, regresé a argentina…
–¿Saliste de Buenos Aires? –me pregunta.
–No de Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires
–¿Y por que saliste de ahí?
–Por que vivo ahí desde que tengo cuatro años.
–No te puedo creer, dame la mano. Yo nací en Suárez –me dice alegremente.
–Pero que coincidencia. El mundo es un pañuelo.

A la tarde vamos a la presentación de una pintora cuando termina al restaurante de un amigo colombiano que está con otro amigo. Nos sumamos a su mesa. El dueño es chef. Muy alegre y simpático. Pido una milanesa napolitana:

–¿Sabes de donde viene el nombre milanesa napolitana? –me pregunta el amigo de Ricardo– milanesa de Milán y napolitana de Nápoles. Resulta que en Buenos Aires había un restaurante famoso que se llamaba El Napolitano. El dueño era un tano que empezó a hacer milanesas con tomate y queso. Eran riquísimas y se empezaron a hacer famosas. Después de un tiempo en todos lados la imitaron con gran éxito. Por eso se llama así.