Tres idiomas

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Me quedo unos días en lo de Eduardo. A la mañana duermo tranquilo. Me levanto y tomo el desayuno como si estuviera en mi casa. Las calcomanías ya están listas. Las paso a buscar y las pego en el auto. Quedaron tal cual me recomendó Alonso. La última noche Eduardo prepara unos choripanes, bifes y vino en la cocina de su casa. Nos acompañan sus hijas y un primo que toca la guitarra. Como siempre Eduardo tiene un chiste que contar:

–Hernán habla en tres idiomas diferentes. Español, ingles y... hueveadas. Ah, y a veces por teléfono.

Durante toda la comida (como siempre) me atienden de maravilla. Me hacen sentir un verdadero huésped.
Es viernes, hora de partir. Eduardo me trae el libro que los Zapp le regalaron y me dice:

–Me parece que no podes seguir sin esta guía. Es importante que lo tengas, te va a ser muy útil. Vos vas a armar tu propio camino, no tengas dudas. Cuando llegues a Buenos Aires se lo llevas a mi hijo para que me lo traiga.
–Bueno. Voy a seguir tus consejos, muchas gracias.

Después de almorzar unos tallarines nos sacamos una foto con la nave y sus dos hijas. Me despido con la melancolía del viajero. Me subo al R6 tomando la vía a Manta. Mi próxima parada es en lo de un Periodista Argentino que vive hace 30 años en Ecuador.