"Planta un árbol y cuida de él mientras crece"


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11 de agosto de 2008

La buena providencia

Después de tres días en lo de Luis Angel sigo a La Cocha, una laguna muy conocida y turística en esta zona. Llego al pueblo que está pegado a la laguna (La Colota). Es de tardecita y no tengo muchos planes. No se bien que hacer.

–Voy a estacionar el auto afuera de este bar y hacer la gran Giuseppe a ver si da resultado –pienso.

Giusepe cuando no sabe que hacer se sienta en la plaza del pueblo y espera a la buena providencia. Según él nunca falla.
Me bajo del auto. Voy al bar a pedir agua caliente pero me dicen que no tienen. Vuelvo al auto, saco el calentador y me preparo unos buenos mates con unas roscas que son muy parecidas a unos alfajores argentinos. Me pongo a mirar el mapa de Colombia. Después de un rato pasa una persona que dice:

–¿Desde Argentina? ¿Será de la Patagonia?
–Patagonia norte –le respondo.

Nos ponemos a charlar y saco el mapa de Sudamérica apoyándolo sobre el capó del R6. Poco a poco se acerca gente. Un muchacho con su novia, un señor emponchado, varios chicos. Todos se quedan mirando el mapa y la explicación de mi recorrido. Se hace de noche:

–¿Vamos a mi casa? Tengo que hacer un arroz con leche. Si llega mi mujer y no está listo seguro me agarra a chancletazos –me dice Julián riéndose.

Estaciono el R6 afuera de su casa. Tomamos un tintico (así le dicen al café) y él se pone a hacer el arroz. Me voy a dormir al auto.
Me despierto luego de una noche muy fría pero gracias a mi bolsa de dormir que soporta –8ºC duermo muy bien. Por suerte no hizo –9ºC. Baja el hijo de Julián para decirme que pase a la casa. Voy hasta la cocina y me está esperando con un café.
Vamos a la casa en la que viven tres hermanas con sus maridos e hijos. Son las nueve de la mañana. Hay primos y amigos corriendo por todos lados. Entramos a la cocina y una hermana me da en la mano un café. Entre todo el tumulto saco la carpeta que tengo con recortes de diario y fotos de viaje. Los chicos dejan de correr y miran tranquilamente.
Al medio día voy a lo de Sonia, una de las hermanas que se hizo una cabañita en la parte de atrás del terreno. Me invita una sopa. Nos ponemos a hablar el tema del momento, la guerrilla, el gobierno:

–Ahora con esto de los diputados cambia todo. Seguro va a haber un movimiento grande del gobierno –le dice Sonia a Julián.

Las repercusiones de la noticia son grandes. Los presidentes de Francia y EEUU opinan de todo lo que pasa en Colombia. Trato de estar tranquilo, de vivir momento a momento. La idea es cruzar todo el país viajando solo de día por la Panamericana y frenando en ciudades grandes.
A la tarde me duermo una siesta y voy a visitar la laguna, el paisaje me hace acordar mucho al sur argentino. De noche un rico arroz con carne y papas preparado por Sonia es acompañado de buenas charlas con todos los amigos y parientes que se arriman a la cabaña.

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