"Planta un árbol y cuida de él mientras crece"


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6 de septiembre de 2008

Una hora

En la biblioteca de Medellin hay una sala llena de computadoras. Solo me la dejan usar una hora aunque hay muchas computadoras sin usar. Hablo con el chico que está a cargo y me deja mas tiempo sin problemas. Me quedo dos horas. Al día siguiente regreso, estoy una hora y nuevamente me cortan el uso. Hay un chico distinto. Le explico mi situación y se va a hablar con la jefa a la oficina de enfrente. Lo sigo. Entra a la oficina y le empieza a explicar. Entro y la saludo:

–Buenas tardes, permiso -le digo-. Estoy haciendo un largo trabajo y con una hora de uso no me alcanza.
–¿Usted es el argentino que estuvo ayer? ¿Cuánto tiempo necesita?
–Lo máximo posible –le respondo–. Solo necesito usar el Word, sin Internet. Solo permiten una hora. No quiero cambiar las reglas pero ¿podría usarla un rato mas largo? Si la sala se llena y no quedan computadoras libres para la gente que entra no tengo problema en dejar mi lugar.
–Bueno muy bien. Con esa condición estamos de acuerdo.

Los siguientes tres o cuatro días me dedico de lleno a la escritura. La sala no se llena y puedo trabajar todo lo que quiero.

Una mañana llego a la entrada y saludo a un seguridad:

–Buen día, ¿como le va?
–Queriendo que rinda el día –me dice.
–¿Que rinda? ¿Que significa eso?–Que pase rápido

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