Mi posgrado - Mi forma - Parte I

     He viajado solo en un vehículo con treinta años de antigüedad por Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México. Debido a esta situación elegida tube la necesidad de desarrollar, por prueba y error, un procedimiento para llegar a vincularme con las personas de los sitios visitados, desconocidos hasta ese momento. Al principio observaba el lugar desde el interior de mi vehículo para luego detenerme, sentarme sobré el capó y buscar el contacto visual con las personas para intentar o evitar el acercamiento. Si existía conexión, a veces, comenzaba una conversación respetuosa, sino, pasado cierto tiempo, realizaba algún pedido, como por ejemplo la compra de pan o el permiso para estacionar y pasar la noche cerca de esa casa, almacén, finca o lugar elegido. En muchas ocasiones al establecer una cordial, amable e interesante conversación me ofrecieran algún tipo de ayuda. En general me invitaban un plato de comida o me prestaban una cama para pasar la noche.

     Gracias a esta necesidad diaria y a la forma que encontré de vincularme con las personas desconocidas logré ingresar a más de 400 negocios, fincas, casas o establecimientos productivos. Así conocí alrededor de 1500 personas a lo largo de los 12 países visitados durante 13 meses ininterrumpidos de viaje. Casi siempre la llegada a las ciudades o pueblos fue azarosa. En pocos casos tube recomendaciones específicas. No existió selección previa de las personas, siempre prioricé mi forma a fin de estimular la conexión, la curiosidad, la buena voluntad o el cariño interno de los seres humanos con los que me encontraba. En un muy reducido número de casos me he visto expuesto a situaciones violentas. Cuando percibía una situación poco agradable cambiaba de rumbo y seguía el camino que yo elegía.