Mi posgrado - Un retrato - Bolivia

Los Cambas tienen sus raíces indígenas emparentadas a los guaraníes. Miden un metro setenta, son flacos, de tez rojiza, alegres y charlatanas. Sus caras son redondas y se visten de jeans y remeras o camisas. En muchos casos se han relacionado y establecido descendencia con inmigrantes brasileros/as. Cuentan con un mayor acceso a la educación formal que los Collas. La incorporación del idioma español ha reemplazado en el uso cotidiano a su dialecto originario. Muchos tienen estudios universitarios. Las mujeres en Santa Cruz de la Sierra son las más lindas de Latinoamérica: altas, flacas, morochas, con grandes ojos negros, largas piernas, suaves facciones, hermosas sonrisas y muy alegres. Las descendencias cruza con brasileros/as son de pelo castaño, labios prominentes y pechos puntiagudos. Por las tardes visitan la plaza principal, la mayoría vestidas con diminutas polleras.

Los Collas tienen raíces Incas y hablan el dialecto quechua o aimara. No superan el metro sesenta y cinco de estatura en el mejor de los casos. Son de tez oscura y las facciones de sus caras son puntiagudas. Hablan poco. Tienen brazos fuertes, lomos anchos, culos grandes y piernas con músculos tonificados. Una baja proporción finaliza los estudios primarios dictados en español. De generación en generación se transmiten su dialecto a través de las acciones vinculadas con sus palabras en quechua. De esa forma se comunican en sus hogares. Las madres de familias —mamitas— se visten con largas polleras y holgadas camisas. Por sus espaldas se atan un resistente y cálido poncho tejido a mano y de diferentes colores donde cargan y transportan a sus hijos pequeños. Sus pelos son negros y gruesos. Se lo atan en largas trenzas que en ocasiones llegan hasta su cintura. De muy jovencitas llevan esa vestimenta. Todos usan sombreros de copa redonda color negro, marrón, bordó. Los más detallistas lo rodean con una cinta azul o con bordados de colores.