Centroamérica, Costa Rica, Cartago. 8vo país visitado. Día de viaje: 301. km 20177. El tiempo pasa. Sigo visitando esta gran ciudad de nombre Latinoamérica. Son mas de 70 familias que me abrieron las puertas de su casa. Estoy a 200 km de la frontera con Nicaragua.
Algunos pueden estar o no de acuerdo con distintas ideologías, filosofías o formas de pensar. Pueden sentarse en un bar, en una casa, en la esquina del barrio con amigos y discutir a muerte sobre lo que es mejor para nuestro pueblo, para nuestro país. Pueden hablar con palabras pero siempre es mejor hablar con hechos.
La solidaridad borra completamente los diferencias ideológicas. Te acerca al resto de las personas. Te hace condescendiente con la gente que necesita una mano. Te enseña. Te alegra. Te hace sentir mejor persona. Predicarás con el ejemplo. Así lo hace Bernal.
La historia me la cuenta un amigo de él. Dice que un día caminando vio a unos indígenas tirados en la calle bajo la lluvia y se preguntó ¿Por qué si me sobra lugar en mi casa esta gente tiene se tiene que estar mojando?
Desde ese día Bernal se puso a trabajar para ampliar y acomodar su hogar al que nombraría “la casa del indio”. Hoy después de 15 años tiene un lindo jardín para que sus huéspedes se sientan como en su hábitat natural. También viven varios chicos universitarios y amigos de amigos que andan por ahí. Yo fui uno de ellos. Tuve el placer de hospedarme como invitado.
Desde la calle puede verse que es una casa distinta. Una cara del “Che Guevara” pintada en la pared es la marca registrada. Su puerta de madera tiene tallada en el centro la cara del cacique de Salamanca, un emblema de la región. En el living hay una gran pared pintada con rostros de líderes de toda época. Figuran Einstein, Fidel, la madre Teresa de Calcuta, Chico Méndez y muchos mas.
Todos pueden y tienen el derecho de pensar distinto. De hablar y de hacerse escuchar. Ahora, las barreras ideológicas se rompen, se achican, se superan cuando la solidaridad da un paso al frente. En este viaje soy el principal beneficiario de gestos solidarios. Eso derrumba cualquier ideología. Ya no me interesa pensar como tal o cual persona o partido político. Ya no me interesa ser de izquierda o de derecha. Ahora, y como siempre, se que la mejor forma de hablar es con hechos y no con palabras.
La solidaridad borra completamente los diferencias ideológicas. Te acerca al resto de las personas. Te hace condescendiente con la gente que necesita una mano. Te enseña. Te alegra. Te hace sentir mejor persona. Predicarás con el ejemplo. Así lo hace Bernal.
La historia me la cuenta un amigo de él. Dice que un día caminando vio a unos indígenas tirados en la calle bajo la lluvia y se preguntó ¿Por qué si me sobra lugar en mi casa esta gente tiene se tiene que estar mojando?
Desde ese día Bernal se puso a trabajar para ampliar y acomodar su hogar al que nombraría “la casa del indio”. Hoy después de 15 años tiene un lindo jardín para que sus huéspedes se sientan como en su hábitat natural. También viven varios chicos universitarios y amigos de amigos que andan por ahí. Yo fui uno de ellos. Tuve el placer de hospedarme como invitado.
Desde la calle puede verse que es una casa distinta. Una cara del “Che Guevara” pintada en la pared es la marca registrada. Su puerta de madera tiene tallada en el centro la cara del cacique de Salamanca, un emblema de la región. En el living hay una gran pared pintada con rostros de líderes de toda época. Figuran Einstein, Fidel, la madre Teresa de Calcuta, Chico Méndez y muchos mas.
Todos pueden y tienen el derecho de pensar distinto. De hablar y de hacerse escuchar. Ahora, las barreras ideológicas se rompen, se achican, se superan cuando la solidaridad da un paso al frente. En este viaje soy el principal beneficiario de gestos solidarios. Eso derrumba cualquier ideología. Ya no me interesa pensar como tal o cual persona o partido político. Ya no me interesa ser de izquierda o de derecha. Ahora, y como siempre, se que la mejor forma de hablar es con hechos y no con palabras.
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