–¿Quiere pasar? Esta la ruta cortada por una protesta.
Me quejo un poco y me enojo con los piqueteros pero le respondo:
–Si, paso. Este es un viaje de ida, voy hacia la costa.
Hago pocos kilómetros. Paso autos, camionetas, camiones que están estacionados sobre la ruta. Llego a donde hay un policía y una barrera cortando el paso. Saco mi credencial y le digo al oficial:
–Soy periodista. ¿Podría pasar al lugar del conflicto?
Se va. Habla con otra persona que está dentro de un patrullero y cuando regresa me responde:
–Estacione el auto ahí al costado.
Agarro el MP3 para grabar la entrevista y la maquina de sacar fotos. Camino bajo la llovizna 500 mts. Me encuentro con la gente que está muy pacífica.
Me pongo a hablar con una persona y me dice que la entrevista se la puedo hacer a cualquiera. Me comenta que el problema es la contaminación de los ríos gracias a la explotación de las minas. Ellos viven aguas abajo y hace años que tienen el mismo problema. Ahora la protesta se basa en que el anterior presidente firmo unos contratos para explotar un nuevo cerro.
–Vea lo que es el río. Hace veinte años era agua limpia. Uno se podía bañar acá, ahora no se puede hacer nada. Ni los animales la pueden tomar, ni para regar los campos sirve.
Miro el río me empiezo a sentir mal. Yo me quejo por que me demoran en mi viaje y ellos conviven con un agua contaminada. Están utilizando uno de los pocos instrumentos que les queda. Las autoridades hacen caso omiso al problema. Solo les importa que las empresas paguen los cánones correspondientes.
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