Planta un árbol y cuida de él mientras crece
En Latinoamérica hay ciudades donde se sienten helados fríos y otras donde el calor es sofocante. Hay desiertos de arena y verdes selvas. Hay montañas marrones y playas con aguas cristalinas. En todo el continente se encuentran personas amables y creativas. En las zonas frías son silenciosas e introvertidas. Tienen una gran vocación al trabajo y desarrollan grandes esfuerzos por mantener cálidos sus cuerpos y casas. Muchas realizan coloridas artesanías que utilizan para vender o abrigarse. En las zonas cálidas son extrovertidas, charlatanas y ruidosas. Mantienen sus casas abiertas y permanecen a la sombra de los árboles o bajo cualquier techo para mantener sus cuerpos frescos.
El choque de genética entre los indígenas y los inmigrantes dio origen al mestizaje. De esa forma se fue creando una nueva raza. El idioma español introducido durante la época de las colonias borró parte de las diferencias internas de los variados dialectos originarios. Aún así, existen muchas tonadas y palabras extrañas con significados ocultos similares. La importación del catolicismo no logró cambiar en quinientos años la espiritualidad que los indígenas llevaban y llevan en sus corazones.
En la abusada Bolivia se observan personas cerradas y de carácter difícil. Es el sufrimiento callado y silencioso el origen de su falta de expresión. Es fácil observar hasta hoy en día esas enormes grietas que provocó la intromisión de la colonización española en los sentimientos de los habitantes originarios. Se ve claramente la rabia y el dolor retenido por generaciones en sus caras. El contraste se encuentra en la alegre Colombia. Allí son abiertos, conversadores y extrovertidos aunque han sufrido y sufren muchos problemas de violencia interna. En la actitud positiva y las carcajadas encontraron la forma de evadir esa violencia de luchas y guerras ocurridas en las últimas generaciones.
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